lunes, 10 de noviembre de 2008

OpiniónCortó la racha y va a Palermo con luces en su marquesina

Xavier Prieto Astigarraga

lanacion.com | Deportiva | Domingo 9 de noviembre de 2008

"¿Cómo lo ves?", fue la pregunta a un jugador que venía de la cancha 4 de Hurlingham para mirar en la 1 La Aguada vs. Ellerstina. "Gana La Aguada", vaticinó el 9 goles. "Parece que le erró", fue el pensamiento en el séptimo chukker de esa definición de zona, cuando los Pieres y compañía se imponían por 11 a 8. Error. El polista, que ya se había enfrentado con ambos, acertaría: fue 13 a 11 definitivo para los Novillo Astrada.

"Nunca hay que darnos por muertos", diría luego Javier, el tercero de los cuatro hermanos. Y con razón. La Aguada permaneció cuatro años en estado latente en cuanto a éxitos, pero no lejos de los trofeos. Fueron, en total, doce torneos en blanco, tras aquellas cuatro conquistas sucesivas en las que enhebró 14 victorias seguidas. Y en muy pocas ocasiones en esa sequía se lo vio quebrado, como en el aún fresco desenlace de Tortugas, cuando Ellerstina vapuleó a un cuarteto familiar que extrañamente parecía rendido, inerte.

Hurlingham fue desquite de eso para La Aguada. Le torció el brazo al equipo de General Rodríguez en el momento incandescente del partido, con un 5-0. Antes había salido airoso (17-12) de un combate ríspido ?en lo físico y en lo oral? contra Indios Chapaleufú II. Y ayer venció a la revelación, este Pilará de polo bonito que ya se cargó a nada menos que La Dolfina. Cambian los estilos adversarios; La Aguada se adapta a cada uno.

En la inesperada e histórica consecución de la Triple Corona 2003 más Tortugas 2004, los Novillo Astrada consiguieron lo que lograron con mucho de caballos comprados y alguno facilitado por manos amigas; cuando se acentuó en el mundo la escasez de montados en oferta y el conjunto dependió más de los propios, aún muy nuevos, tardó en volver a festejar. Ahora empieza a aparecer su cría made in Open Door y Bahía Blanca y eso le otorga un consistente crédito a futuro.

Por lo pronto, tiene uno de corto plazo. Esta consagración ilumina con potencia su marquesina propia con miras al Argentino Abierto, no tan refulgente aún como las de La Dolfina y Ellerstina, por cierto, pero que refuerza el alerta en los rivales. Y de paso, acabó con la semejanza con 2006, cuando fueron trisubcampeones. Por ahora, ésta es temporada de La Aguada, aunque Palermo terminará por imponer su veredicto contundente y final.

Una observación al respecto: no habrá que olvidar este Hurlingham ni el reciente Tortugas a la hora de los handicaps. Para subir ni para bajar.

Fuente: La Nación Online

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